Última modificación: 2021-08-09
Resumen
Introducción
El temperamento es entendido como las diferencias individuales del infante en autorregulación y reactividad, influenciado por factores biológicos y ambientales. Por su lado, la parentalidad positiva hace referencia a las capacidades prácticas de crianza que favorecen el desarrollo cognitivo y socioafectivo de los niños/as. Antecedentes dan cuenta de que niños/as que presentan puntajes altos en extraversión y bajos en afecto negativo, tienden a tener madres con altos puntajes en sensibilidad. Asimismo, diversos estudios han hallado que la extraversión es el mejor predictor de un mayor desarrollo socioemocional infantil. Sin embargo, son escasos los estudios que indagan estas asociaciones y la predicción del temperamento sobre la parentalidad positiva.
Objetivos
El objetivo del siguiente trabajo fue estudiar la asociación entre la parentalidad positiva y el temperamento de niños/as de entre 18 y 36 meses, como también así la predicción de este último sobre las prácticas de crianza.
Metodología
Se evaluó a 65 cuidadores/as primarios (M.edad= 33.83, DS=5.97, 59= argentinos), a cargo de infantes de 18 a 36 meses (M.edad= 27,56, DS=4,59, varones= 27), mediante el Cuestionario de Conducta de Niñez Temprana (Putnam et al., 2010) y la Escala de Parentalidad Positiva E2 (Gomez y Muñoz, 2015), en adherencia a un cuestionario sociodemográfico adhoc.
Resultados
Se encontró una asociación positiva entre parentalidad positiva y extraversión y esfuerzo de control; cuando esta ultima aumentaba el afecto negativo era menor en el infante. Asimismo, no se encontraron asociaciones entre nivel educativo, edad del cuidador y del niño/a con las variables principales del estudio como así tampoco hubo diferencias según género del infante. Finalmente, se ha hallado que la extraversión del niño/a es la única dimensión del temperamento que predice positivamente, en un 21,6%, la parentalidad positiva del adulto/a.
Discusión
Los resultados obtenidos respecto de la parentalidad positiva y el temperamento van en línea de la literatura, ya que una mayor extraversión y esfuerzo de control se encuentran asociados a estilos parentales más democráticos y con mayores niveles de sensibilidad, lo que daria cuenta de una parentalidad más positiva. A su vez, la predicción de la extraversión se asocia a la parentalidad en consonancia con estudios previos que sostienen el valor moderador de la extraversión respecto de estilos de crianza maternos y paternos, encontrando que estos son más sensibles a la crianza, en comparación con niños menos activos e impulsivos. A su vez, la crianza juega un rol esencial en la expresión de los rasgos temperamentales del infante, pudiendo favorecer o por el contrario, disminuir la regulación del niño/a.
En conclusión, aunque el temperamento puede predisponer a un niño a comportamientos internalizantes o externalizantes, los resultados del desarrollo también se ven influenciados por la parentalidad. Esto resalta la importancia de generar investigaciones a nivel local a fin de promover políticas públicas que favorezcan contextos de crianza beneficiosos para el desarrollo integral de niños/as y sus familias.