ENVÍOS, XIX Reunión Nacional y VIII Encuentro Internacional de la AACC

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Efectos de las experiencias previas con las personas en el fenómeno de “cara inexpresiva” en perros domésticos
Gabriela Barrera, Camila María Cavalli, Marina Victoria Dzik, Federico Guillén-Salazar, Mariana Bentosela

Última modificación: 2021-07-08

Resumen


Introducción. El efecto de “cara inexpresiva” ocurre cuando se interrumpe de forma abrupta una interacción positiva infante-cuidador. Ante esta situación, se suele observar una disminución de conductas afiliativas así como un incremento de respuestas de estrés. Este fenómeno no había sido estudiado aún en perros domésticos (Canis familiaris), algo que resulta de sumo interés dados los vínculos estrechos que forman con las personas.

Objetivos. Se buscó analizar si los perros presentan el efecto de cara inexpresiva y si es modulado por experiencias previas como condiciones de vida y nivel de entrenamiento.

Metodología. La tarea consistió en 3 fases de 1 min: (1) Interacción: la persona hablaba, acariciaba y miraba al perro. (2) Cara inexpresiva: la persona se quedaba callada, interrumpía las caricias y miraba al perro con expresión neutra. (3) Reunión: la persona reanudaba la interacción tal como en la fase 1. En el estudio 1, esta fue realizada de manera presencial por una experimentadora desconocida para los perros y participaron 23 Beagles que vivían en caniles. En el estudio 2, la realizó el dueño de manera virtual, bajo la supervisión de un experimentador y participaron 62 perros de varias razas y mestizos que vivían en familias. Estos fueron divididos según sus niveles de entrenamiento: nulo-básico, intermedio y avanzado. Todos eran adultos y de ambos sexos. Se registraron conductas afiliativas y respuestas de estrés en todas las fases.

Resultados. En el estudio 1, se observó una disminución en las conductas afiliativas: mirada (F(2,63)=12.08, p=.0001), cercanía (F(2,63)=31.87, p<.001) y contacto (F(2,63)=81.30, p<.001) durante la fase de cara inexpresiva. Hubo un efecto de arrastre en la mirada (t(63)=2.39, p<.028), que disminuyó en la fase de reunión en relación a la primera. Respecto al estrés, los perros tuvieron la cola baja más tiempo en las fases de interacción que en la de cara inexpresiva (F(2,63)=5.81, p=.005). En el estudio 2 los perros pasaron menos tiempo cerca (F(2,18)=52.04, p=.0001) y en contacto (F(2,18)=183.88, p<.001) con la persona, y mostraron más conductas de pedido (F(2,18)=3.60, p=.029) y estrés (F(2,18)=6.47, p=.002) en la fase de cara inexpresiva comparada con las otras fases. En cuanto al nivel de entrenamiento, los perros de nivel avanzado pasaron menos tiempo cerca que los perros de los otros niveles, y menos tiempo en contacto que los perros con nivel nulo-básico (ps>.05).

Discusión. Se observó el efecto de cara inexpresiva en perros domésticos, tanto de canil como de familia, evaluados de forma presencial o virtual, y junto a una persona desconocida o su dueño. No obstante, los perros de canil no mostraron respuestas de estrés en la fase de cara inexpresiva y los perros de familia con entrenamiento avanzado pasaron menos tiempo en cercanía y contacto con su dueño. Estos resultados remarcan que los perros son sensibles a la interrupción abrupta de una interacción positiva, tal como ocurre en los infantes, destacando así el valor de las personas como reforzadores sociales para los perros. No obstante, las experiencias previas tendrían un importante rol modulador en el fenómeno de cara inexpresiva.


Palabras clave


Perros domésticos, efecto de cara inexpresiva, experiencias de vida, estrés

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