En las instancias académicas de realización de pruebas en donde hay altos niveles de competencia, hombres y mujeres suelen mostrar diferentes comportamientos en sus modalidades de respuestas, contribuyendo a que los hombres obtengan mejores puntuaciones. Desde 2016 Ceibal ofrece “Jóvenes a Programar” (JaP), un programa de capacitación y apoyo en la inserción laboral en el área de las tecnologías de la información. El ingreso es condicional a la aprobación de una prueba en la que históricamente las mujeres logran puntajes menores y tienden a dejar más preguntas sin contestar.

En el presente estudio se diseñaron, implementaron y evaluaron dos intervenciones comportamentales, con el fin de mejorar el puntaje final y disminuir la cantidad de preguntas sin contestar, a partir de ajustes en el diseño de la prueba. A través de un ensayo controlado aleatorizado se evaluó, por un lado, el efecto de cambios en el lenguaje utilizado, la visibilización del avance y la clarificación de que no hay penalización por respuestas erróneas (versión “higienizada” de la prueba). Por otro lado, se evaluó el efecto incremental de un ejercicio para disminuir los niveles de ansiedad de los participantes sobre los cambios antes mencionados (versión “higienizada+ansiedad”).

Los resultados sugieren mejoras en el desempeño de las mujeres en la prueba, reduciendo diferencias de género tanto en la cantidad de respuestas en blanco como en la proporción de preguntas correctas sobre respondidas. En este último caso, la intervención que propone un ejercicio de reducción de ansiedad ante la prueba logra eliminar las diferencias de género, sin afectar el desempeño de los hombres. Estos hallazgos resaltan la importancia de diseñar instancias de evaluación considerando la existencia de factores que afectan de forma diferente a  hombres y mujeres en situaciones de competencia académica.